Más de un millón de chicos saltean alguna comida diaria por falta de recursos
Actualizado: 12 junio, 2024
Unos diez millones de chicas y chicos en la Argentina comen menos carne y lácteos en comparación al año pasado por falta de dinero, en un contexto en el que, además, los ingresos de casi la mitad de los hogares con niños no alcanzan para cubrir gastos básicos de alimentación, salud y educación, según una nueva encuesta de Unicef dada a conocer ayer.
En las familias también se redujo el consumo de verduras y frutas (58%) y solo aumentó la ingesta de fideos y harinas (24%), de acuerdo con la octava encuesta a hogares con niñas, niños y adolescentes, una medición de alcance nacional que Unicef Argentina realiza de manera ininterrumpida desde 2020.
El estudio sostiene además que más de un millón de niños deja de comer alguna comida (desayuno, almuerzo, merienda o cena) por falta de dinero. En siete de cada diez hogares donde esto sucede, la persona a cargo se encuentra ocupada y, dentro de ellas, más de un 60% de manera informal. Quiere decir que el no poder comprar los insumos básicos como alimentos es un coletazo que alcanza también a personas que, a pesar de tener trabajo, se encuentran en situación de pobreza.
A la vez, tres de cada diez familias tuvieron que recurrir a algún préstamo o fiado para comprar comida y más de la mitad de los hogares –donde viven casi siete millones de chicos– debieron dejar de comprar algún alimento por falta de dinero.
“Cuando las familias tienen que recortar consumos básicos como la carne o la leche, o directamente saltear comidas, esto tiene un impacto no solo sobre el presente de los chicos y chicas, sino también sobre su futuro, porque no acceder a los nutrientes necesarios en la infancia tiene efectos sobre su desarrollo”, afirmó Luisa Brumana, representante de Unicef Argentina.
“En los últimos años se viene intensificando un fenómeno que alarma: el de la pobreza con trabajo, que refiere a la incidencia de la pobreza en hogares en donde las personas adultas están ocupadas. Sin embargo, lo que más preocupa es que recientemente se incrementó la pobreza en hogares con adultos ocupados en la formalidad laboral. Es decir, ni siquiera el trabajo formal está siendo eficaz para combatir la pobreza. Los datos más recientes muestran que viven en la pobreza un 37% de las chicas y chicos cuyos adultos a cargo son asalariados formales”, apuntó Sebastián Waisgrais, especialista en inclusión social y monitoreo de Unicef.
El estudio revela que en nueve de cada diez familias los ingresos no alcanzan para comprar la misma cantidad de productos básicos que en 2023, mientras que en el 82% los ingresos no logran solventar gastos específicos de los chicos, como útiles escolares, transporte, vestimenta y calzado.