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San Lorenzo derrotó 1-0 a San Pablo 

Actualizado: 4 agosto, 2023

San Lorenzo derrotó 1-0 a San Pablo (Brasil) en el estadio Pedro Bidegain, por la ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana: Adam Bareiro convirtió el único gol del partido para el Ciclón.

Con bajas y todavía sin refuerzos. Con corazón. Con una columna vertebral firme, con un arquero de equipo grande que aparece poco pero siempre es decisivo -atajó un buen cabezazo-, y un delantero que, por suerte para San Lorenzo, está en racha, y mete las que tiene. Con pibes del club, con algún que otro experimentado y con el sello de Ruben Darío Insúa.

Por recursos, pero sobre todo por identidad, San Lorenzo siempre juega igual. Dependiendo el rival, el contexto y el momento de partido puede ser un poco más o un poco menos ambicioso, pero el orden defensivo, la intensidad para marcar, el despliegue y el ataque con transiciones rápidas no se negocia.

San Pablo no hizo pie porque es un equipo que intenta tener la pelota y asumir el protagonismo, todo lo contrario a lo que pudo hacer en el primer tiempo por el estilo del Ciclón. Y sin los refuerzos estrella que contrató pero que no llegó a inscribir, como James Rodríguez y Lucas Moura, no tiene la jerarquía individual que demanda su historia y las potencias brasileñas en la actualidad.

Hasta allí el equipo de Insúa hacía lo que tenía que hacer: neutralizar. Pero claro, casi sin pisar el área rival, y si algo necesitaba San Lorenzo era abrir la serie de local para luego sí aguantar en Brasil. Por eso la arenga que se escuchó en el entretiempo de parte de Augusto Batalla. «Alguna vamos a tener y la vamos a mandar a guardar», anticipó.

Dicho y hecho, casi de entrada en el complemento el Ciclón salió de contra, Nahuel Barrios se tomó un tiempo más y abrió para Giay, quien centró para que Maroni se la baje en el área a Bareiro, que no perdonó. El paraguayo corre, mete, aguanta, gana faltas y convierte. El Perrito conduce, gambetea y rompe defensas.

Gran mérito del Ciclón es que sus individualidades se agranden en estos partidos. Pero también, que ninguno desentone. Hay figuras, pero no son rutilantes, sino complementarias. Y con un engranaje armado, el Ciclón disimula defectos y potencia virtudes.

San Lorenzo se conformó con el 1-0 y San Pablo, que en la segunda mitad del segundo tiempo pudo ganar la tenencia y empezó a empujar, no terminó de poner en jaque a la imperial defensa cuerva. Ventaja mínima y a defenderla en el mítico Morumbí, el próximo jueves.