Esto es lo que debe durar la siesta, según un estudio de la NASA
Actualizado: 23 abril, 2024
En la década de los 90, un estudio de la NASA examinó específicamente la efectividad de un período de descanso planificado en la cabina para mejorar la alerta y el rendimiento en operaciones de vuelo de larga distancia. Los resultados revelaron hallazgos sorprendentes sobre la duración óptima de la siesta, así como los beneficios para los pilotos y tripulación aérea.
El estudio contó con la participación de 21 miembros de la tripulación de vuelo. Doce de ellos fueron asignados al ‘grupo de descanso’ (Rest Group) y nueve al ‘grupo sin descanso’ (No-Rest Group). Durante el vuelo de larga duración, se permitió al primer grupo un período de descanso planificado de 40 minutos durante la fase de crucero de baja carga de trabajo. Esta siesta programada permitió a los pilotos descansar y recuperar energías durante un momento estratégico del vuelo, cuando la carga de trabajo era menor y el riesgo de fatiga era más bajo. Mientras tanto, el otro grupo mantuvo sus actividades de vuelo habituales durante un total de 40 minutos.
Se utilizaron varias medidas para evaluar la vigilia y el rendimiento de los participantes. Estas incluyeron registros ambulatorios continuos de la actividad de ondas cerebrales y movimientos oculares, una tarea de reacción/vigilancia, un monitor de actividad de muñeca, calificaciones de fatiga y vigilia en vuelo, un registro diario para anotar períodos de sueño, comidas, ejercicio, períodos de vuelo y de servicio, y el Cuestionario de Antecedentes de la NASA.
“Los pilotos del grupo de descanso durmieron en un 93 por ciento de las oportunidades, quedándose dormidos en 5.6 minutos y durmiendo durante 25.8 minutos”, afirmaron los investigadores en base a los datos recopilados durante el estudio.
Así, estos resultados destacan la eficacia de una siesta corta pero efectiva para mejorar la alerta y el rendimiento de los pilotos durante vuelos de larga distancia. Y es que, la siesta no solo mejoró la alerta fisiológica y el rendimiento de los pilotos, sino que también proporcionó beneficios específicos durante las fases críticas del vuelo.
En palabras del equipo científico: “Los beneficios de la siesta se observaron durante las fases críticas de descenso y aterrizaje del vuelo”. Por tanto, una siesta programada podría ser especialmente beneficiosa para mantener la concentración y la precisión durante momentos clave.
Además, los científicos de la agencia espacial estadounidense comprobaron que la siesta no afectó negativamente al sueño durante las paradas o al déficit acumulado de sueño, lo cual indica que incluso una siesta corta no interfiere con el sueño nocturno habitual y puede proporcionar beneficios adicionales sin causar trastornos en el ciclo de sueño.
Lo cierto es que las investigaciones más recientes han variado en sus conclusiones sobre la siesta. Algunos estudios la han vinculado con mejoras en el estado de ánimo y la cognición, mientras que otros la han asociado con problemas de salud, especialmente en personas mayores.
Michael Chee, investigador del Centro del Sueño y la Cognición de la Universidad Nacional de Singapur, destaca los beneficios cognitivos de una siesta breve: “Incluso una siesta corta de 10 minutos te refrescará”, afirma. “Si duermes un poco más, los beneficios cognitivos también duran un poco más”, y por eso media hora, más o menos, se puede considerar una buena siesta, añade.
Sin embargo, si la siesta es más larga, puede llevar a un sueño más profundo y a una mayor inercia del sueño al despertar. Un estudio liderado por la fisióloga Marta Garaulet, de la Universidad de Murcia, encontró que las siestas de más de 30 minutos estaban asociadas con un mayor riesgo de obesidad y otros problemas de salud. Según estos expertos, las siestas largas también pueden indicar problemas de salud subyacentes, como Alzheimer o inflamación cerebral. Ahora, se cree que lo mejor es dormir una siesta de entre 20 y 30 minutos.